#racismo
La asociación Acción Contra el Odio, puesta en marcha gracias a las casi 2.500 personas que a fecha de hoy han contribuido económicamente a su creación, da sus primeros pasos. Cumpliendo con sus estatutos, en los que se establece que la labor de ACO será llevar a los tribunales a quienes persigan o amenacen a colectivos vulnerables, la asociación acaba de interponer su primera denuncia ante la Fiscalía. Ha sido presentada contra el neonazi valenciano Alberto Ferrando Sánchez, alias Alberto Caliú, y el contexto es bien conocido.
El pasado mes de agosto se cometía un asesinato en la localidad toledana de Mocejón. Un niño de 11 años era apuñalado en unas pistas de fútbol, hecho que fue aprovechado por diversos miembros de la bulosfera ultraderechista, el neonazi Caliú entre ellos, para difundir desde sus redes sociales mensajes de odio contra la población musulmana, asegurando que el autor del asesinato era “un moro”. Por supuesto, el neonazi mentía.
Mientras difundía bulos de manera compulsiva en las horas posteriores al suceso, las investigaciones aún estaban lejos de dar ningún fruto. Es un modus operandi habitual de las cuentas de extrema derecha: difundir amenazas y mensajes de odio en las horas posteriores a un crimen. En el tiempo transcurrido desde el asesinato hasta la localización y detención por parte de la policía del presunto asesino, finalmente un joven español de 20 años que alegó en su defensa problemas mentales, Alberto Caliú no sólo difundió la mentira de la autoría musulmana desde sus redes sociales, sino que, además lanzó graves amenazas. Además de hacer un llamamiento público a “limpiar las calles”, el neonazi ahora denunciado por Acción Contra el Odio llamó a quemar los centros de menores extranjeros, llegando a señalar un hotel concreto de la localidad –el Hotel Pattaya– en el que, según una nueva mentira, estarían alojados diversos menores extranjeros y el autor del asesinato. Tras adjuntar una foto del establecimiento, el neonazi valenciano hizo un llamamiento claro a prenderle fuego: “Qué falla más bonita saldría de ahí”.
Toda la historia contada por Caliú con el objeto de criminalizar a la población extranjera y provocar disturbios contra niños musulmanes en las calles era falsa. Pero las amenazas eran tan reales como su cobardía.